ABOUT US

Gilberto Hernández, un escultor  que entiende a detalle el trabajo y dedicacion del deportista, y su perseverancia por obtener el mejor resultado y eso lo inspira a plasmarlo en una pequeña figura.

Sobre mí:

Nací en Monterrey, NL, el 30 de diciembre de 1978.

Crecí en un mundo relacionado al deporte al cien por ciento, pues mi abuelo paterno Emilio Hernandez Rodriguez “Picasin” trabajó por más de treinta años como anotador oficial de Los Sultanes de Monterrey e Industriales de Monterrey, desde niño lo acompañaba al estadio y me sentaba en el palco de prensa, donde aprendí todo lo relacionado a las estadísticas y anotaciones de cada juego, desde niño mi abuelo y mi padre me transmitieron el amor por el “Rey de los deportes”, y mi tío Javier, quien ahora vive en Estados Unidos me transmitió el amor por el fútbol americano, recuerdo sentarse con el para mirar el juego y entender sus reglas.

Sin embargo, a los 5 años viví un momento sencillo muchos diran que una vivencia diaria, pero que dejo una huella profunda y  marcó mi camino a seguir; un día cuando iba al pre-escolar,  la maestra nos pidió llevar plastilina para realizar un trabajo en el salón, recuerdo que al día siguiente, después de la clase, llevé a casa la plastilina que sobró para jugar con mi hermano Lolo, y una noche, cuando mi padre regresaba de trabajar y después de cenar, le pedí que tomara mi plastilina y como pudiera me hiciera un caballo y un toro El hizo las figuras que le había pedido, pero al verlo usar sus manos para moldear la plastilina, fue entonces cuando comencé a hacerlo por mí mismo, de ahí en adelante me gustaba realizar figuras de mis jugadores favoritos, también hacía figuras de las caricaturas que veía en la televisión y de los cantantes y bandas de rock que admiraba.

Crecí jugando béisbol, pues a mi padre no le gustaba que jugara con plastilina.

Cuando tenía 28 años, una tarde en casa de la maestra Rosy, ella llegó apresurada y me pidió ayuda para realizar figuras en plastilina para sus alumnos, me acerqué y una vez que vió el trabajo que estaba realizando, quedó sorprendida y me hizo sentir su admiración por mi talento. Algo en sus palabras me hizo entender que debía retomar lo aprendido y comencé mi carrera profesional como escultor.

Aprendí a manejar diferentes materiales como la plastilina francesa, el barro, la madera, la resina y el yeso.

Sin embargo, fue por medio de mi amigo Sergio que encontré la plastilina epóxica, que sigo utilizando hasta el día de hoy.

Agradezco a todas las personas que en algún momento me ayudaron a encontrar mi camino y a todas las personas que cruzaron en mi vida, pues estoy convencido de que nos conocemos para cambiar nuestras vidas y ayudarnos a encontrar nuestro camino.

Agradezco a mis padres, mi esposa, mis hermanos y mi familia, pero sobre todo agradezco a Jehová, nuestro Padre celestial.